martes, 29 de junio de 2021

CARTELERA CINE VERANO IBROS 2021


Cortesia de El KIOSCO ROJO...de Ibros


viernes, 12 de marzo de 2021

"PUENTE QUEBRADA" EN EL TERMINO DE IBROS (JAEN)

Cortesia de El KIOSCO ROJO...de Ibros


  PUENTE QUEBRADA

El gran olvidado



 

 

 

Juan Francisco Martínez Palomares


Para todos aquellos que le interesa conocer el patrimonio cultural y arqueológico de nuestra tierra




Introducción

Este trabajo sobre el Puente Quebrada o Puente de Peñarrubia es una publicación que he querido recuperar de una Memoria de un ingeniero ingles que estuvo destinado en las minas de Linares y le apasionaba el mundo de la arqueología y que en sus ratos libres paseaba por diferentes lugares descubriendo restos y monumentos arqueológicos.

Para mí el Puente de Peñarrubia o llamado también por nosotros los ibreños “Puente mocho”, es el gran olvidado pese a sus características de construcción. No podía dejar de hacer este trabajo de un puente destruido y abandonado que cruza el rio Guadalimar por nuestro término ibreño.

El ingeniero ingles hace una muy buena descripción del puente y como hizo el estudio de él, tanto en su parte histórica como en la parte arquitectónica.

He omitido algunas indagaciones pues no eran apropiadas para el trabajo que he querido realizar, la Memoria como tal se encuentra en la Biblioteca Nacional de España y lleva como título “Notas sobre la Puente Quebrada del rio Guadalimar, cerca de Linares, provincia de Jaen” por Horacio Sandars, Individuo Correspondiente de la Real Academia de la Historia, en el año 1913.

 

 

Juan Francisco Martínez Palomares




El objeto principal de esta memoria es de continuar y suplir al estudio de este puente que hizo D. Manuel de Góngora en el año 1860, de la cual dio cuenta en su monografía “Viaje literario por las provincias de Granada y Jaén” monografía que se encuentra en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia.

Se busca además por medio de esta Memoria establecer un registro, cuidadosamente preparado, de las numerosas e interesantes reliquias arqueológicas embutidas en este puente, monumento situado lejos de toda población importante, y que no pudiendo resistir ni a las influencias carcomidas de la naturaleza ni a la actividad destructora del hombre, está destinado a desaparecer en el curso de los años.

Es posible (aunque mis más recientes estudios sobre el particular me lo hacen dudar) que sea este punto al que se refiere Ambrosio de Morales cuando dice en “Las antigüedades de las ciudades de España, Alcalá de Henares, 1575” “hace labrado allí cerca de Linares, una fuente sobre el rio Guadalimar y para ella se llevaron muchas piedras escritas del despoblado de Calozna”.

 

Situación:

 

El puente está situado a 0º 7´30´´ de longitud Este de Madrid y a 38º 6´30´´ de latitud Sur, y al principio atravesó el rio Guadalimar a unos 1600 metros más abajo del punto de su confluencia con el rio Guadalen, y estaba incluido en el partido de Baeza. Está registrado en la hoja número 905 del Mapa de España, formado y publicado por la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico del año 1901 bajo la designación de “Puente de Peñarrubia”

 

Construcción:

Esta construido de sillería de la roca arenisca rojiza del distrito con relleno de mampostería, formada de piedras rodadas del lecho del mismo rio mezclada con yeso, y es de muy buena calidad. Muchos de los sillares, por no decir la mayor parte, se trajeron de las ruinas de Cástulo que está situada a una legua, aguas abajo, sobre la ribera derecha del mismo rio, y son precisamente estos sillares con sus inscripciones latinas, sus motivos arquitectónicos, y restos decorativos lo que constituye el interés e importancia del monumento al punto de vista histórico arqueológico. Numerosísimos fragmentos y restos de estatuas, cornisas, columnas, están también embutidos en el puente.


Al construirse el puente constaba de cuatro pilas con cinco arcos de medio punto; pero en el curso de los años, sea por defecto de construcción o por la acción carcomiendo de las aguas, le vino a faltar su cimiento a la pila central, que se desplomó llevando consigo en su ruina la mayor parte de los dos arcos contiguos. Quedan, por consiguiente, hoy en día por estudiar tres pilas con tres arcos.

Las pilas están protegidas por tajamares triangulares por el frente de agua arriba y semicirculares por el de agua abajo, de los cuales algunos están ensamblados con la fábrica misma del puente, mientras que otros se apoyan solamente contra la pared; prueba de la injerencia de dos métodos o de dos influencias en la construcción del puente, el uno muy inferior al otro.

Dimensiones:

 

Las dimensiones eran (cuando el puente estaba en su estado original): de los arcos, tres de 17 metros de luz y dos de 12 metros; de las pilas, dos de las que quedan en su sitio tienen cuatro metros de grueso y una tres metros, y suponiendo como es probable que la cuarta, la central tuviera también un espesor de cuatro metros, la longitud total, con los muros de entrada, era de 112 metros. La altura media de la obra es de 12 metros, y la anchura entre paramentos es de ocho metros. Tenía pretiles o parapetos bajos a cada lado, pero han ido poco a poco desapareciendo.

 

Época de construcción del puente:

No me ha sido posible averiguar, a pesar de las persistentes indagaciones que he hecho, la fecha de la edificación del puente, pero lo probable es que fuera construido a mediados del siglo XVI, y, de todos modos, entre 1473 y 1575.

En cuanto al año 1473 consta en la obra de Martin Jimena, intitulada “Catalogo de los Obispos de las Iglesias Catedrales de las diócesis de Jaén” donde dice que:

“El tiempo en que se destruyó tan gran población,(Cástulo) se ignora. Por el libro del Cabildo de Baeza consta que esta ciudad, al principio del año 1445, hizo merced a D. Juan de Tarancón de la Torre de Calozna para hacer casas, y después, al principio del año 1473, determinó la ciudad ir sobre Calozna para sacar a los ladrones que en aquella fortaleza se recogían.”

Y como gran número de los sillares del puente Quebrado procedieron de Cástulo es de suponer que se llevaron desde ese sitio después de 1445 o más bien después de 1475. Sabemos, por otra parte, puesto que Ambrosio de Morales lo consigna en su célebre libro sobre “Las antigüedades de las ciudades de España” que en el año 1575 un puente se había ya construido sobre el rio Guadalimar, hecho con piedras traídas de Cástulo.

Góngora, en su “Viaje literario” apoyándose en la autoridad de López Pinto defiende que el puente fue ideado por el célebre arquitecto Nicolás Nivonio. Hace de nuevo mención de este puente cuando, hablando de la construcción de la casa del Ayuntamiento de Linares dice:

“Acaso al levantar el arquitecto Nicolás Nivonio,(según López Pinto) el Puente Quebrada, hecho exclusivamente con piedras de Cástulo, revolviéndose las ruinas y encontrándose restos de un mismo edificio, Nivonio se prestó a arreglar una casa para el Ayuntamiento de Linares con esos restos”.

Todos mis esfuerzos para llegar a saber quién era este “célebre arquitecto” y cuando vivió, han sido infructuosos.

Hay, además, otra referencia a la construcción de un puente sobre el Guadalimar en “Las obras públicas en España” por D. Pablo de Alzola (Bilbao, 1899) quien dice en la página 160,” que durante el reinado de Felipe II se levantó el puente del Guadalimar en Jaén”

¿Es posible que este puente y el puente quebrado sean uno? No lo creo.

Thomas López, en su Mapa del Reino de Jaén de 1761, señala la “Puente Quebrada” y también otros dos puentes sobre el Guadalimar designados respectivamente, “puente vieja” y “puente nueva” colocándolos casi en frente de Baeza y Úbeda. “El repertorio de Caminos ordenado por Alonso de Meneses Correo, 1576”- Itinerario de Toledo a Granada, hace mención de “la Puente” entre Vilches y Úbeda, mientras el itinerario de José María Escribano, 1767, habla de una “puente vieja en el rio Guadalimar” entre la venta de los Arquillos y Úbeda en el camino de Madrid a Úbeda, Guadix, etc. Sin embargo, José Antonio Elías en su “Atlas Geográfico, Histórico, Estadístico” publicado en Barcelona en 1848, indica un camino de herradura desde La Carolina, por Catalán, Vilches y Arquillos hasta El Mármol y Úbeda que cruza el Guadalimar por un vado. La referencia más antigua a puentes en el distrito de que se trata, se encuentra en el “Real Despacho” del tiempo de los Reyes Católicos, expedido en Madrid el 27 de febrero de 1495 para los Corregidores de Granada, Jaén, Úbeda, Baeza, Alcalá la Real, Guadix y Loja, por el cual se les ordeno la habilitación de las calzadas de Andalucía en dirección de Granada y se mando construir puentes en Baeza y en Montoro sobre el Guadalquivir y reparar los puentes de Málaga, Úbeda, etc.

Me permito concluir del testimonio de los hechos visuales o consignados por varios autores y de lo que se puede deducir de las peticiones y otros documentos de que he podido aprovechar para este estudio que la “Puente Quebrada” o de “Peñarrubia” fue construido durante el reinado de Felipe II y a mediados del siglo XVI.

 

Época de la destrucción del puente:

 

La fecha de la destrucción del puente es, desgraciadamente, desconocida. Corre en el país la tradición de que el puente fue volado por los franceses en 1808, en ocasión de la batalla de Bailen, pero el propietario del “Cortijo de Peñarrubia baja” me informó en 1903 que su abuelo se acordaba muy bien del paso de los franceses por el distrito y le había dicho ya en esa época que el puente estaba quebrado. No cabe duda que la pila central fuese minada por las

aguas del rio, y es muy posible que esto se pasara dentro de un tiempo relativamente corto después de su construcción; lo que explicaría la ausencia de referencias en la literatura o en los itinerarios del puente, y también de todos los restos de avenidas.

 

 

Avenidas:

 

Como ya se ha dicho, no se ve hoy en día ningún vestigio de las avenidas del puente que está confinado de ambos lados, pero más especialmente de la ribera norte, por las orillas casi verticales del rio que se elevan a quince o veinte metros sobre el nivel normal de las aguas. No parece que el puente, aunque de buena construcción y anchuroso, haya servido para trafico a ruedas.

Vías de comunicación entre el puente y las poblaciones del distrito:

Sería posible, sin embargo, que todo rastro de las avenidas fuese borrado en el transcurso de los siglos por los efectos de las intemperies y por las fuerzas destructoras de la Naturaleza y que no podríamos distinguirlas actualmente, pero lo que sorprende de veras es la ausencia de toda referencia a caminos enlazando el puente con las poblaciones y con otros sitios en la provincia, se atendería que tan importante monumento fuese consignado en mapas contemporáneos o más recientemente publicados; pero que esto raras veces se hizo.

Aun así tenemos tres mapas donde el Puente Quebrada esta señalado:

Mapa 1 de Martin Jimena… Catalogo de los Obispos de Jaén, etc…1654

Mapa 2 de Tomas López… Mapa del Reino de Jaén...... 1761

Mapa 3  Mapa del instituto Geográfico, etc, etc............. 1901

 

Es de observar que mientras en estos tres mapas indican la “Puente Quebrada” (de los cuales dos se refieren exclusivamente al Reino de Jaén), uno solo, es decir, el que publicó don Martin Jimena, señala un camino conduciendo al puente, y aun en este caso, el camino no representa un enlace reciente y útil, sino un ramal imaginario, y por consiguiente no exacto, de la gran vía romana, de la Vía Augusta o Camino de Arrecife, que conducía desde Roma a Gades por Cástulo. Es, además de advertir, que si hay un camino señalado en el mapa del lado norte del rio, falta otro camino en la ribera opuesta. Es también notable que Tomas López señalara el puente en su mapa del reino de Jaén en 1761, y lo omitiera en el mapa del año 1787. Este mapa es uno de los mejores y de los más exactos que se haya publicado del reino de Jaén.

Itinerarios:

 

En el caso en el que el Puente Quebrada fuese utilizado como medio de comunicación entre sitios conocidos o importantes, se debería de encontrar mención de ello en los itinerarios o libros de viaje publicados entre 1500 y 1800; pero todas mis averiguaciones a este fin han quedado hasta ahora sin resultado. Aun así quedan reflejados en mapas y escritos itinerarios como el del viaje del sequito que acompañó al féretro conteniendo los restos mortales de la insigne y gloriosa Reina Isabel la Católica desde Medina del Campo a Granada en 1504.

 

En su obra López Pinto nos dice:

 

Levantóse un gran puente sobre el Tajo Parnaso por Nicolas Nibonio, arquitecto afamado, digno de memoria sus obras le fían. Es un puente principal, cinco ojos tiene, hermosura demuestra, todo de piedras mayores labradas a gran costa, traídas de Cástulo. Hay inscripciones de cifra romana en forma latina, con grandes follajes, cornisas, molduras, figuras superiores, si ya alo corintio no menos enjónico. Aquí halló Ambrosio de Morales aquella piedra acabada en Uncimus Severus, con titulo Calcedonensis Fori que tuvo la plaza mayor en medio de Cástulo.”

Acabo de examinar el puente al punto de vista histórico. Me propongo examinarlo en las siguientes páginas bajo el punto de vista arqueológico.




Hay, además, en este puente gran número de signos lapidarios, hechos evidentemente cuando se construía el edificio. La mayor parte, las excepciones no pasan de dos o tres; se encuentran entalladas en sillares como dovelas, por ejemplo, que no provienen de Cástulo, sino de una cantera de los alrededores del puente. Es de suponer que los albañiles que construyeron este puente no limitaron sus esfuerzos a esta fábrica solamente y que debería de haber otras en la provincia de Jaén en donde han metido también la mano y sus signos; y con el objeto de identificar otro edificio, si hubiera, con el Puente Quebrada y sacar tal vez al claro por estos medios la fecha de su construcción.

Otro trozo de puente contiene gran número de fragmentos arquitectónicos y trozos de bajorrelieves y de inscripciones. Los fragmentos que más llaman la atención son los de los leones en alto relieve; un trozo de cornisa con griega de relieve y cabeza femenil de una factura muy notable y de que hay un fragmento en el Museo Arqueológico Nacional, y un trozo de guirnalda con frutas y flores. Basta al observador una ojeada para convencerse que los leones, los

fragmentos y otros motivos arquitectónicos proceden de Cástulo. No pudieran proceder de otro centro, Cástulo era la capital de los oretanos, y también población muy importante en tiempos protohistóricos; era ciudad cartaginesa, y ocuparon la los romanos durante seis siglos, y no cabe duda que la originalidad de ideas y lo fantástico y caprichoso en estilo y motivos arquitectónicos de sus primeros poseedores haya dejado huellas indefectibles en los edificios y obras publicas debidos al genio y experiencia de sus últimos moradores.

Hay tres fragmentos de inscripciones empotrados en una sección del puente. Una dovela del arco exterior conserva uno que no ha sido publicado todavía y que consta de las letras C V E N A E. Se encuentra también en esta dovela un signo lapidario en forma de X. Otro fragmento esta empotrado en la pared del terraplén y consta de las letras IVS RECMXXX PIV en dos renglones.

En la orilla Sur. Paramento Este, hay embutidos en sus paredes fragmentos de cornisas, de columnas, inscripciones, monumentos sepulcrales y motivos arquitectónicos, etc, y aquí hay también muchos signos lapidarios. Hay, también, una inscripción funeraria completa empotrada en el zócalo de la segunda pila que no se puede ver muy bien por estar cubierta por el agua la mayor parte del año.

Indudablemente el más interesante de los restos arqueológicos es una lamina sepulcral que he presentado al Museo Arqueológico Nacional y que estaba empotrada debajo del pretil, se podía distinguir en faz expuesta una escena como las que se encuentran con frecuencia en las estelas griegas, de despedida, en donde la finada, la madre probablemente, entrega un niño al padre, quien extiende los brazos para recibirle.



En la orilla Norte los restos arqueólogos son pocos, pero si son numerosos los signos lapidarios, prueba de que muchos de los sillares que componen este frente del puente fueron


sacados de las canteras de las ruinas de la capital oretaniense. Cuando Góngora visitó el Puente Quebrada en 1860 aprovechó la ocasión para llevar de su sitio expuesto y poner en salvo en el Museo Arqueológico de Madrid muchos fragmentos de escultura, de bajo relieve, etc., y no podría terminar esta parte de mi Memoria de mejor manera que en reproducir la lista completa que debo a la cortesía del simpático Secretario, D, Francisco Álvarez Ossorio:




Signos lapidarios:

 

Reproduzco todos los signos lapidarios que he podido  descubrir o descifrar en el puente, con indicaciones de los sitios en que se encuentran:


Inscripciones:

 

No obstante que sean poco numerosas, las inscripciones forman indudablemente la parte mas interesante e importante de los restos arqueológicos incorporados en el Puente Quebrada.

En una dovela del segundo arco a contar desde la

margen, hay las letras son bien formadas, del siglo primero o segundo de nuestra era, y tienen 19 centímetros de altura. La inscripción es inédita.


En otra dovela, también del segundo arco, se puede ver, como lo he indicado en esta Memoria, seis hermosas letras de 17 centímetros de altura, del siglo primero o segundo y que es esta CVENAE.

En un sillar del terraplén se pueden ver letras hermosas de 15 centímetros en la primera línea y de 11 centímetros en la segunda línea.

Otra inscripción es esta que parece haber sido una dedicatoria al Emperador Antonio Pio. Es posible que sea un fragmento de un miliario, pero lo dudo. Las letras están bien talladas y son altas de 6- 7 centímetros




En la parte sumergida por el agua se encuentra esta otra inscripción. La lectura no es fácil, pero resalta aproximadamente como sigue:



Los restos epigráficos no son tan numerosos en la parte del puente que arranca desde la orilla opuesta, sin embargo, hay entre ellos un fragmento de mucha importancia, que vamos a examinar. Es un gran trozo de piedra arenisca que mide1,20 metros por 0,42 metros empotrado en la frente Oeste y lleva la siguiente inscripción.



Las letras, que son del siglo primero, están bien talladas y tiene 12 centímetros la primera línea y de 10 centímetros la segunda y tercera. Se pueden leer con mucha facilidad.

 

No podría encontrar mejor conclusión para estos apuntes que referirme a Góngora en su interesante Memoria.

Lo someto con respeto a la dirección de la ilustre Academia de la Historia si no debiera de extender su egida protectora sobre estos interesantes vestigios del pasado; sobre esta tesorería de monumentos de la antigua y celebre ciudad de Cástulo, la llave del paso desde los países lejanos y fríos del Norte a la gloriosa y fecunda Andalucía, ciudad cuyos fastos se extienden por tan numerosas páginas de la larga historia de las grandes naciones que la ocupaban, a fin de conservarla para siempre como fuente a donde pudieran acudir todos los que anhelaran beber de las aguas avivadoras de la ciencia histórico-arqueológica.

¿No merecería este monumento entrar también como tantos otros en España dentro del redil protector de la ley sobre Monumentos Históricos? Lo pregunto con toda deferencia. ¡A la docta Academia le corresponde contestar!

 

HORACE SANDARS

 

Horace William Sandars (1852-1922) fue un ingeniero de minas y arqueólogo inglés que vino a trabajar a Linares en la New Centenillo Silver Lead Mines, donde pronto empezó a interesarse por la arqueología de la zona y la minería romana de la Bética.

Entre otras actuaciones descubrió el santuario de exvotos ibéricos del Collado de los Jardines, que con su divulgación dio un gran impulso al conocimiento de la cultura ibérica en el mundo anglosajón.

Sabemos por una foto de la muralla ibera de Ibros que Horace estuvo aquí fotografiándola y que la foto apareció en la revista de arquitectura del año 1905.